Yo soy incapaz de borrar en el móvil el número y los mensajes de los amigos muertos. Voy sobrecargado de vida. Desde que me enteré, hace ya casi una semana, de la muerte de nuestra compañera Sara Vítores, la busco en sus mensajes de WhatsApp. Bajo un bombardeo de los números y las noticias, el móvil nos ayuda a comprender toda la vida que cabe en una muerte.