11.000 menores que no llegarán nunca a adultos y que han sido aniquilados por el simple hecho de ser palestinos. 11.000 inocentes que nada saben de Hamás o Hezbolá ni del sionismo teocrático que fundamenta en principios religiosos su supuesto derecho a ocupar unas tierras que habitan otros. El castigo que está infringiendo Netanyahu a la población civil gazatí tiene tintes bíblicos.