En La Dupla, con Galder y Rafa, nos hemos preguntado si se puede separar la vida de la obra de un o una futbolista o artista. ¿Hasta cuándo el comportamiento inconveniente en la vida tiene o debe tener la capacidad de cancelar toda una obra? ¿Dónde está el límite? ¿Corremos el riesgo de reprobar sólo el comportamiento de los que no piensan como nosotros? ¿Y al revés,? ¿Una vida ejemplar puede contribuir a que valoremos una trayectoria u obra mediocre por encima de lo que merece?