En un escenario ciertamente complicado, con la amenaza incluso de una guerra de mayor alcance, con retos relevantes en materia de inmigración, todos exigentes de mayores consensos, España no se está comportando realmente mal y así es apreciado en nuestro entorno. Los últimos datos de crecimiento económico y de déficit nos sitúan en la línea de las mayores economías de la Unión Europea. Con todo, el desafine viene de dentro.