Ya no percibimos el VIH de la misma forma que antes, como una infección mortal. La enfermedad se ha cronificado: no se cura, pero no afecta a la salud de la persona infectada. Esto ha hecho que hayamos bajado la guardia frente a otras muchas infecciones de transmisión sexual: la sífilis, la gonorrea o la clamidia, que han sufrido un importante aumento en los últimos años, sobre todo entre la gente joven. Hablamos con expertos en la materia, que insisten en la importancia de seguir avanzando en educación sexual.