Nos detenemos en un fenómeno que está de moda en redes sociales, sobre todo entre los más jóvenes: las aplicaciones que prometen pagarte por realizar actividades cotidianas como andar, leer, escuchar música o responder encuestas. La realidad detrás de ellas es un monitoreo constante de nuestros datos, geolocalización, horas de sueño o pulsaciones. Hablamos sobre el peligro de su alcance, sobre todo en menores.