No sé si lo están midiendo bien quienes han decidido convertir todo el debate político en un barrizal. Mientras, ahí fuera, cada vez es más difícil tener una casa. Cada vez es más difícil distinguir la verdad de la mentira. Cada vez es más difícil pensar en el futuro. ¿Quién recogerá el voto del hastío y el cansancio ante un griterío que no hable de sus problemas?