En el islote que es un Líbano casi cercado que, además, conoce el genocidio gazatí del que Israel ha sido capaz, hay hombres y mujeres que pueden ponerse a salvo por su vinculación familiar con personas rescatables y con pasaporte foráneo. Esas parejas, angustiadas ante la decisión, dan estos días vueltas en la cama. Te sigo. O no. Escapo, pero me alejo y llevo conmigo la culpa de elegir la vida mientras temo por lo que les ocurra a mis otros seres queridos, a mis compatriotas.