Cerré mi cuenta en Instagram hará un par de semanas después de que Salvados dedicara un capítulo a contar el funcionamiento interno de Meta en los temas relacionados con la salud mental de jóvenes y adolescentes. No podía seguir en un espacio en el que campan a sus anchas pedófilos y agresores sexuales. Por no hablar del largo historial de cuentas feministas canceladas y del acoso sistemático que sufrimos las mujeres en esta red.