La distancia más grande que se da hoy en nuestras democracias es la que existe entre los conceptos de ser humano y ciudadanía, corazones y permisos de residencia. No sé decir a qué hora amanece el mañana en una patera. Salvar esta distancia es la tarea más importante que tenemos, o por lo menos tan importante como los acuerdos de paz que estamos esperando.