Que Maduro no haya presentado todavía evidencias de su victoria en las elecciones es un bochorno democrático. Que quien se dice ganador de las elecciones en Venezuela no quiera acabar en la cárcel es humanamente entendible. Pero mientras llegan las respuestas, dos evidencias: no sé quién pilota la estrategia comunicativa de Edmundo González, pero no parece muy hábil, y tampoco parece muy lúcida la locura en la que ha entrado el Partido Popular.