Esta semana en El Salvador, mayoritariamente en la capital, el descontento por la gestión de la administración Bukele tomó forma de ruido. Ruido con bocinas de carros, cacerolazos y hasta gritos. Desde el martes 12 de mayo, todas las noches, a las ocho en punto, diferentes colonias se han sumado a esta manera de protesta social por la falta de un plan claro contra el Covid-19, por la reapertura graudal de la economía, por los miles de varados fuera del país y por los que, tras dos meses sin ingresos, se han quedado sin alimentos.