En el primer y esperado debate presidencial, Biden se enfrentó a un enemigo peor que Trump: él mismo. En sus 90 minutos de torpeza frente a un arrollador Trump, Biden logró que tanto su discurso como los bulos de su contrincante pasaran a un segundo plano y despertó un monstruo hasta ahora dormido en el Partido Demócrata. “¿Tenemos tiempo para poner a alguien más en el cargo?” La pregunta del donante Mark Buell que recogió The New York Times horas más tarde, es un síntoma más acerca del debate abierto sobre su liderazgo.¿Debe echarse a un lado y dejar sitio a otro candidato o, ya es tarde? A dos meses de la presentación de su candidatura formal a la Casa Blanca, los demócratas se dividen entre poner una tirita o dejar la herida al aire antes de unas elecciones cruciales en plena batalla por el orden mundial.En el capítulo de hoy, Jorge Raya, columnista y editorialista de EL ESPAÑOL, y el periodista Borja Bauzá analizan la noche en la que el resfriado de Biden desató el virus de la sucesión. Además, el experto en liderazgo, Julio García, da las claves del fracaso de Biden en su comunicación verbal y gestual.